Tirado en la acera en los charcos: la triste reacción de un perro abandonado – VÍDEO
Consapevole che nessuno lo avrebbe aiutato, un cane abbandonato si è steso su una banchina, tra le pozzanghere, con la testa appoggiata sul marciapiede. Il povero pelosetto si era rassegnato al suo triste destino.
Vivía en las calles de San Luis. Tras su abandono, las aceras, el asfalto, se habían convertido en su hogar. Un lugar donde estaba solo, en constante peligro. El pobre perrito sólo tenía una certeza en su vida: nadie se lo llevaría de aquel lugar traicionero.
Allí pasaría sus días, sin alegría y sin esperanza. Consciente de su triste realidad, el perro de cuatro patas se había rendido a su sombrío futuro.
Cuando un voluntario de Stray Rescue en St. Louis se topó con el peludo perrito, estaba tumbado en una plataforma entre los charcos, con la cabeza apoyada en el pavimento y la mirada perdida en el vacío.
Un gesto elocuente que expresaba toda su desconfianza en la humanidad.
Resignado, el perro abandonado se tumba en la acera entre charcos
Acostumbrado a la insensibilidad de la gente, Fido no había prestado la menor atención al voluntario que se dirigía hacia él. Además, todas las personas con las que se había cruzado en su camino se habían mostrado siempre indiferentes a su sufrimiento, y esta vez no sería diferente.
El ruido del coche de la mujer que se acercaba hizo que Fido levantara la cabeza por un momento, pero luego el animalito volvió a su posición resignada.
El anciano perro abandonado se tumbó en el asfalto entre los charcos y volvió a apoyar la cabeza en la acera, renunciando a pedir ayuda.
Pero estos especiales cuadrúpedos pueden leer el corazón de quienes les rodean, así que cuando la voluntaria se acercó a él y empezó a hablarle, el perrito peludo se dio cuenta de que estaba ahí para él.
No fue necesario ponerle una correa al cuello para mostrarle el camino a su nueva vida: el perrito siguió espontáneamente a su salvadora hasta el coche, luego se dejó coger mansamente en brazos y entró en el vehículo.
Una vez a bordo, el perro de cuatro patas se tumbó en la suave manta que había en el asiento trasero, sabiendo que ahora estaba a salvo. En la actualidad, el adorable perrito peludo, al que se ha dado el nombre de Curby, es un huésped de la asociación Stray Rescue de St.
El personal del refugio está hechizado por sus dulces ojos y su alma cariñosa. Aunque había perdido la esperanza, el perrito ha recuperado el amor y la confianza en los humanos. Gracias a sus ángeles de la guarda, Curby tuvo otra oportunidad de empezar su vida de nuevo.