Stella, la perra tan querida por su dueño, vigila el ataúd durante días
Stella estaba muy unida a su dueño y éste falleció. Stella se quedó con él durante días, velando por él.
Es algo especial poder construir una relación entre su perro y su dueño. Puede ser muy difícil perder a alguien a quien se ha querido durante tantos años. Stella, una cachorra de ocho años, ha perdido recientemente a su querido dueño. Stella lo sabe bien. El animal se negó a dejarlo en el último momento y permaneció despierto sobre su ataúd durante tres días sin mover un músculo.
La perra vigila el ataúd durante tres días tras la muerte de su querido dueño.
El duelo es un trauma muy difícil de superar, incluso para los animales. Cuando estás acostumbrado a vivir en simbiosis con tu dueño, encontrarte viviendo sin él de la noche a la mañana no es fácil. El perro se las arregla para convertirse en realmente apegado a las personas que lo han tratado como un verdadero miembro de la familia a lo largo de los años, y para ellos es difícil acostumbrarse a esa ausencia . Una perrita llamada Stella vivió un auténtico trauma cuando su querido dueño de 93 años falleció y la tristeza de esa pérdida se hizo patente de inmediato.
Stella era una pastora alemana de ocho años que llevaba muchos años viviendo con las familias Zanfrognini. Al principio, había cuatro personas en la casa: Stella, el padre Ottaviano, su mujer y otro perro. Stella tuvo que adaptarse a la pérdida de su madre, fallecida muchos años antes, y de su otra mascota, que también falleció hace tiempo.
La relación entre Stella y Ottaviano era muy especial tras la muerte de los otros dos miembros de la familia. Vivían una vida de completa simbiosis y su vínculo se hacía más fuerte cada día. Sin embargo, el hombre era bastante mayor. Sus sobrinos buscaron un educador para ayudar a Stella a adaptarse a la muerte de su tío.
Stella ahora está sola, sin su amado esposo de muchos años. La separación no fue fácil para Stella. Dejó de comer después del primer día. Stella estuvo tan apegada a su dueño durante tres días, que permaneció en vela junto a su ataúd sin moverse ni un centímetro.
La situación no mejoraba cuando el cuerpo fue retirado. Así que el adiestrador decidió llevar a Stella de vuelta a su casa y continuar el viaje que habían iniciado meses atrás. Ahora Stella está mejor. Ha empezado a comer de nuevo y le gusta jugar con los otros perros que trajo el adiestrador. (G. M.)